En 2025, el marketing se ha vuelto más sensorial, emocional y experiencial que nunca. En un entorno digital saturado, donde las marcas compiten por milisegundos de atención, las estrategias que mejor funcionan son las que sorprenden, conectan y se recuerdan.
Las campañas que marcan la diferencia no son necesariamente las más tecnológicas, sino las más humanas: aquellas que despiertan emociones, apelan a los sentidos o invitan a vivir una experiencia real. Desde instalaciones físicas hasta referencias culturales sutiles, las marcas están explorando nuevos caminos para dejar huella.
En este artículo te presentamos 7 estrategias de marketing que están funcionando en 2025. Te contaremos qué las hace efectivas y cómo puedes aplicarlas a tu marca para generar impacto, conexión y resultados.

1. Publicidad exterior y cartelería creativa
En un entorno dominado por lo digital, la publicidad exterior ha resurgido como una herramienta clave para captar la atención de forma impactante y memorable. Las campañas out of home (OOH) —que incluyen vallas, proyecciones urbanas, escaparates, marquesinas o acciones en mobiliario público— se están reinventando con propuestas visuales atrevidas, formatos innovadores y una integración creativa con el entorno físico.
Este tipo de publicidad ya no se limita a mostrar un mensaje estático: juega con el contexto urbano, la arquitectura y la sorpresa para provocar una reacción instantánea en el público. Las marcas apuestan por formatos tridimensionales, efectos ópticos, datos en tiempo real o mensajes que solo se entienden al caminar o moverse por el espacio.
Aquí tienes algunas ideas de por qué funciona:
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Rompe con la rutina visual: en un día a día saturado de pantallas, lo físico se convierte en novedad.
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Capta la atención sin necesidad de segmentar ni pujar por visibilidad.
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Genera un impacto visual que puede viralizarse si la acción es creativa o inesperada.
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Crea una experiencia sensorial al ser percibido en un entorno real y tangible.
Si tu marca tiene presencia física o busca visibilidad en espacios públicos, invertir en campañas OOH puede reforzar el recuerdo y la notoriedad. No se trata de repetir lo que ya haces en digital, sino de adaptar el mensaje al entorno, jugar con la creatividad y pensar en cómo se experimenta ese impacto en movimiento o desde distintos ángulos.
Ejemplo: Oatly
El año pasado, Oatly lanzó la campaña "It Works in Tea", usando vallas publicitarias con mensajes claros con un toque de humor. Esta estrategia sencilla y transparente conectó rápidamente con la audiencia, acumulando millones de interacciones a través de la duración de la campaña en sus diversas redes sociales.
La colaboración con PG Tips para repartir kits con té y bebida de avena potenció aún más la experiencia y el engagement. Así, Oatly confirmó que en publicidad exterior, la simplicidad puede generar un impacto auténtico y duradero.
@oatly An honest king
♬ Originalton - Oatly
2. Product placement: estar sin vender
El product placement consiste en integrar productos o marcas dentro de contenidos audiovisuales como películas, series, videoclips o incluso streams. No es un formato nuevo, pero en 2025 está viviendo un momento clave gracias al auge del contenido en plataformas bajo demanda y redes sociales.
Frente a la saturación de anuncios tradicionales, muchas marcas están optando por aparecer de forma natural dentro de historias que ya captan la atención del público. Ya sea un coche en una serie, un cosmético en manos de una influencer o una marca de ropa usada por un personaje icónico, el objetivo es vincularse emocionalmente al contenido sin interrumpirlo.
Aquí tienes algunas ideas de por qué funciona:
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Se asocia a escenas, personajes y emociones sin romper la narrativa.
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No se percibe como publicidad invasiva, sino como parte del contenido.
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Refuerza la recordación de marca en contextos que el público ya valora.
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Puede generar conversación si la integración es sutil o sorprendente.
Para que sea efectivo, el product placement debe estar alineado con los valores de la marca y tener coherencia con la historia. No se trata solo de “colocar” un producto, sino de integrarlo de manera que aporte al relato. Si se fuerza o se hace de forma poco natural, puede generar rechazo o pasar desapercibido. Por eso, elegir bien el contexto y cuidar la ejecución son claves para lograr un impacto real.
Ejemplo: Coach
Un ejemplo reciente es el bolso messenger negro de Coach en The Devil Wears Prada 2, la película que se está rodando actualmente en Nueva York. El bolso que aparece constantemente junto al personaje de Anne Hathaway. Más que un accesorio, se convierte en un símbolo de su estilo y evolución profesional.
La integración es tan natural que el producto se asocia directamente con la narrativa sin resultar forzado. Esta visibilidad constante refuerza el posicionamiento aspiracional de Coach y conecta emocionalmente con la audiencia que valora la moda con historia.
3. Marketing de nostalgia
Las emociones juegan un papel esencial en la toma de decisiones, y pocas emociones conectan tan rápido como la nostalgia. Muchas marcas están apostando por recuperar estéticas, personajes, jingles o formatos del pasado para establecer un vínculo emocional con su audiencia. No se trata solo de mirar atrás, sino de reinterpretar referencias del pasado con una mirada actual.
Esta estrategia funciona especialmente bien entre generaciones que crecieron en los años 80, 90 o 2000, y que hoy son una parte clave del mercado. Un diseño de packaging que recuerda a productos de la infancia, una tipografía retro o una campaña inspirada en videojuegos clásicos pueden despertar recuerdos positivos casi instantáneamente.
Lo interesante es que el marketing de nostalgia no apela únicamente a lo individual, sino también a lo colectivo: remite a momentos culturales compartidos que generan conversación, identificación y cercanía. Además, ofrece a las nuevas generaciones una estética distinta, que puede resultar llamativa precisamente por su carácter vintage.
En definitiva, recurrir a la nostalgia permite activar recuerdos, generar confianza y diferenciarse en un entorno donde la novedad constante a veces agota. Eso sí, conviene usar esta estrategia con sensibilidad y autenticidad: no basta con “copiar” una estética pasada, sino que debe haber un motivo narrativo o emocional detrás que la justifique.
Ejemplo: Tiffany & Co. x Pokémon
Un caso reciente que ilustra esta estrategia con brillantez es la colaboración entre Pokémon y Tiffany & Co. La histórica firma de joyería unió fuerzas con el artista contemporáneo Daniel Arsham para lanzar una colección de colgantes de lujo inspirados en personajes icónicos como Pikachu y Jigglypuff.
Dirigida a millennials que crecieron con Pokémon y hoy tienen poder adquisitivo, la campaña combinó el imaginario nostálgico de la infancia con el deseo adulto de exclusividad y diseño. Este tipo de propuestas demuestra cómo reinterpretar símbolos del pasado en clave premium puede conectar emocionalmente y, al mismo tiempo, generar un impacto mediático significativo.
4. Estilo cinematográfico
Algunas campañas de marketing ya no parecen anuncios: parecen películas. Cada vez más marcas apuestan por crear piezas audiovisuales con una estética cuidada, guiones trabajados y narrativas emocionales que se alejan del formato tradicional.
No es casualidad. La atención del público es escasa, pero las buenas historias siguen funcionando. Un anuncio con estilo cinematográfico no interrumpe: atrapa. Se ve, se comparte y, en muchos casos, se vuelve a ver. Lo que marca la diferencia no es la duración ni el presupuesto, sino la intención creativa detrás: contar algo que conecte, aunque sea en 30 segundos.
Este enfoque permite explorar temas con mayor profundidad, construir una identidad visual fuerte y posicionar la marca como generadora de contenido, no solo como emisor de mensajes. Muchas veces, estas piezas funcionan también como contenido de marca en plataformas como YouTube, TikTok o incluso festivales de publicidad.
Las razones de su eficacia están claras:
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Generan un impacto emocional más duradero.
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Refuerzan el posicionamiento de marca a través del estilo y la narrativa.
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Tienen más posibilidades de ser compartidas de forma orgánica.
Transforman al espectador en audiencia, no en simple receptor.
Eso sí, no es necesario tener un gran presupuesto para aplicar este enfoque. Lo importante es apostar por el storytelling, cuidar la dirección de arte y buscar una estética que esté alineada con la esencia de la marca. Un buen relato visual, aunque breve, puede marcar la diferencia.
Ejemplo: Bottega Veneta
Un buen ejemplo de esta tendencia es la campaña “Craft Is Our Language” de Bottega Veneta, lanzada en 2025. En lugar de mostrar directamente sus productos, la pieza se centra en primeros planos de las manos artesanas trabajando la piel, con movimientos precisos y una voz en off susurrante que transmite la filosofía de la marca.
Más que un anuncio convencional, se trata de una obra audiovisual que evoca lujo atemporal y cuidado artesanal, conectando emocionalmente con el público y reforzando la identidad de Bottega Veneta como sinónimo de elegancia y exclusividad.
5. Marketing sensorial
No todo pasa por la vista. Las marcas que entienden esto están apostando por experiencias que activan otros sentidos: el olfato, el tacto, el oído… incluso el gusto. El marketing sensorial gana terreno en 2025 como una estrategia para crear conexiones profundas, casi inconscientes, con las personas.
El punto clave es que los estímulos sensoriales no solo captan la atención, sino que generan asociaciones emocionales potentes. Un aroma puede evocar un recuerdo, una textura puede transmitir calidad o cercanía, un sonido puede reforzar la identidad de marca más que un logotipo. Cuando estas experiencias se diseñan con intención, el impacto es difícil de olvidar.
Cada vez más marcas aplican esta lógica en puntos de venta físicos, packaging, eventos o incluso en piezas digitales (como efectos de sonido o música original). En un mundo saturado de estímulos visuales, incorporar otros sentidos se convierte en una forma de destacar y de construir un vínculo más completo.
Estos son algunos motivos por los que esta estrategia está funcionando:
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Añade una dimensión emocional que va más allá del mensaje racional.
Genera recuerdos duraderos gracias a la activación sensorial.
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Refuerza la identidad de marca de forma intuitiva y coherente.
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Diferencia la experiencia en un mercado donde casi todo parece igual.
Para aplicar este enfoque, no es necesario abarcar los cinco sentidos a la vez. Basta con identificar cuál puede ser relevante para tu marca y diseñar una experiencia que tenga sentido para tu audiencia. El objetivo no es impresionar, sino conectar.
Ejemplo: Rare Beauty
Una muestra reciente es la campaña de Rare Beauty en Nueva York para lanzar su primera fragancia, Rare Eau de Parfum. La marca instaló vallas publicitarias con tecnología scratch-and-sniff, permitiendo a los transeúntes oler el perfume directamente desde el cartel. La activación, en colaboración con la app Shop de Shopify, combinaba lo físico y lo digital: al escanear un código QR desde la zona geolocalizada, los usuarios podían pedir una muestra del perfume en formato rollerball. Esta forma de marketing no solo activa el sentido del olfato, sino que convierte una simple valla en una experiencia sensorial memorable, conectando con la audiencia de forma inesperada y emocional.
Ejemplo: SKIMS
Un otro ejemplo reciente es el pop-up de SKIMS, donde no solo se exhibía la ropa moldeadora de la marca, sino que también se ofrecían pancakes y waffles recién hechos. El aroma y la textura de los pancakes creaban una experiencia multisensorial que invitaba a quedarse.
Además, la marca promocionó una enorme torre de pancakes en Instagram y compartió vídeos virales de empleados preparando pancakes con el nombre de SKIMS puesto encima. Una acción sencilla, pero altamente efectiva para reforzar la cercanía, la diversión y la humanidad de la marca.
6. IRL marketing: el poder de lo presencial
Lo presencial vuelve a tener valor diferencial. Después de años de virtualización acelerada, las personas valoran más que nunca las experiencias reales, físicas, en el mundo tangible. Las marcas están respondiendo a este cambio con acciones que solo pueden vivirse en persona: instalaciones urbanas, tiendas efímeras, performances en la calle o eventos que requieren desplazarse para participar.
Este tipo de iniciativas no solo generan impacto visual, sino que activan la curiosidad, invitan a compartir y ofrecen una experiencia auténtica, alejada del entorno controlado de lo digital. El IRL marketing no busca volumen masivo, sino calidad en la conexión. Y ahí está su fuerza: en crear recuerdos que no se ven en una pantalla, sino que se viven en primera persona.
Ejemplo: Netflix
Un claro ejemplo reciente es el evento Tudum de Netflix, celebrado en los últimos meses para el lanzamiento de la segunda temporada de Wednesday. Esta experiencia presencial combinó una actuación en vivo de Lady Gaga junto a Jenna Ortega, donde Gaga hizo una aparición especial como personaje de la serie, lo que aportó una conexión muy sentida con la audiencia.
Durante el evento, Jenna Ortega se unió a Lady Gaga por una parte de Abracadabra, sentandose en una mesa, creando un momento íntimo y memorable. La presencia de ambas en un mismo espacio generó una conexión emocional directa con los fans, transformando un lanzamiento digital en un evento tangible y auténtico. Este tipo de acciones demuestran que el marketing IRL no solo amplifica el impacto de una campaña, sino que también construye recuerdos que perduran más allá de la pantalla.
7. Marketing experiencial
Las marcas que mejor conectan no solo comunican: hacen vivir. El marketing experiencial se centra en crear momentos memorables donde el público puede interactuar directamente con la marca, sentirla y formar parte de ella. Ya no basta con contar qué haces, ahora se trata de provocar una vivencia que hable por sí sola.
Pop-ups inmersivos, eventos participativos, activaciones en ferias o instalaciones sensoriales son solo algunos ejemplos. Lo importante no es el formato, sino la capacidad de generar una emoción real. Cuando una persona vive una experiencia positiva asociada a una marca, esa conexión se transforma en recuerdo, en afinidad y, muchas veces, en recomendación espontánea. En un contexto donde la diferenciación es clave, ofrecer experiencias únicas puede ser el factor decisivo.
Ejemplo: Airbnb
Un ejemplo destacado de marketing experiencial es la colaboración entre Airbnb y la película Barbie con Margot Robbie, que permitió a los fans vivir una experiencia única en la vida real: pasar una noche en la famosa Casa de Ensueño de Barbie en Malibu. Esta activación no solo ofreció una estancia gratuita en una mansión decorada con los característicos tonos rosas y detalles icónicos de Barbie, sino que también fue organizada por Ken, interpretado por Ryan Gosling, quien añadió su toque personal al espacio.
Esta activación transformó un producto de entretenimiento en una experiencia inmersiva, permitiendo a los participantes interactuar directamente con la marca y formar parte de su universo.
Conclusión: lo que funciona deja huella
Las estrategias de marketing que están funcionando en 2025 tienen algo en común: apuestan por lo sensorial, lo emocional y lo real. En un contexto digitalmente saturado, las marcas que destacan son aquellas que logran sorprender, conectar y quedarse en la memoria de las personas, no solo en sus pantallas.
No se trata de seguir tendencias por seguirlas, sino de entender cómo puedes activar experiencias auténticas desde tu identidad de marca. A veces, incluso lo no planificado puede convertirse en campaña: como cuando Timothée Chalamet llegó a la premiere de su película, A Complete Unknown, montado en una bicicleta eléctrica de Lime y recibió una multa de 65 libras esterlinas por estacionar el scooter en un lugar no permitido. Aunque no fue una acción coordinada con la marca, la imagen se viralizó rápidamente, generando visibilidad espontánea para Lime y demostrando que la conexión con el público también puede surgir de momentos reales con resonancia cultural.
Ya sea a través de una acción urbana, una historia cinematográfica o una vivencia en primera persona, lo que funciona hoy es aquello que deja huella.
Trainee de marketing en Cyberclick. Licenciada en publicidad por Boston University, con un máster en marketing digital por ESIC University y en gestión internacional por Luiss Business School.
Marketing trainee at Cyberclick. A Boston University graduate in advertising with a master's degree in digital marketing from ESIC University and international management from Luiss Business School.


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