Según estimaciones de Augustine Fou, uno de los mayores expertos en fraude digital, la mitad de los 50.000 millones de dólares anuales que genera la industria de la publicidad digital y el marketing online corresponden a anuncios fraudulentos. Esto significa que cada año se invierten 25.000 millones de dólares en impresiones y clics en publicidad que en realidad jamás ha sido vista por un ser humano.
La industria de los anuncios fraudulentos se basa en el modelo de pago por clic y pago por impresiones que hoy en día domina la publicidad en Internet. Los anunciantes pagan cierta cantidad por cada 1.000 impresiones del anuncio (veces que se ha mostrado a usuarios) o por cada clic que han realizado en él. Para aprovecharse del sistema, los estafadores crean redes de páginas web falsas (cuyo único contenido son anuncios) que son visitadas por bots, es decir, por programas automáticos que simulan visitas y clics sin que ningún usuario real esté detrás de ello.
El creador de la página web falsa recibe una cierta cantidad de dinero en función de los acuerdos que tenga con la red de distribución de publicidad digital. Por ejemplo, una red de 1.000 páginas falsas con 10 anuncios fraudulentos cada una y un tráfico simulado de un millón de visitas al mes puede generar hasta 2,4 millones de dólares mensuales. Los costes de mantenimiento de la red son tan pequeños que el 99% de esa cantidad corresponde a beneficios netos.
El fraude en la publicidad digital aún no es demasiado perseguido, pero eso no quiere decir que debas resignarte a pagar por impresiones y clics falsos en tus anuncios. Como marketer, te recomendamos que sigas estos tres consejos anti-fraude: